Ikigai: La razón de ser

 


Ikigai es una palabra japonesa que se traduce como “la razón de ser” o “esos propósitos vitales que nos hacen despertar cada mañana”. Para los nipones todos llevamos nuestro propio Ikigai en el interior y es esencial descubrirlo y hacerlo nuestro.

Para comenzar, dejemos de lado las comparaciones; si nos miramos en un otro, en tener y hacer lo mismo que aquellos que nos rodean, seremos como el 99% de la población. En cambio, si nos atrevemos a actuar de acuerdo a nuestros sueños, deseos y propósitos vitales, seremos únicos, seremos ese 1% que aspirará a una satisfacción auténtica.

Algo así solo lo conseguiremos de un modo, saliendo de nuestra pasividad, hallando el propio Ikigai. Una vez lo hayamos clarificado y definido, ocurrirán varias cosas. Seremos más inconformistas, y eso es bueno y seremos conscientes por fin del propio potencial para convertirlo en “material explosivo” y salir así definitivamente de esos entornos yermos donde solo crece una cosa: el malestar.

¿Cómo descubrir mis propósitos vitales?
Por curioso que parezca no todos los tienen claros, es más, en ocasiones tenemos unas metas, ideales y objetivos algo distorsionados o impregnados por valores que no son nuestros. El peso de nuestra educación, familia y entorno social nos determina de un modo del que no siempre somos plenamente conscientes.

Debemos dejar de posponer definitivamente esos propósitos que calma nuestra alma, esas necesidades, placeres y pasiones que nos identifican y que, al fin y al cabo, podrían definir nuestro modo de vida. Conseguirlo no es fácil, pero debemos lograrlo, te explico ahora cómo definir tu Ikigai.

Algunas claves para dar forma a tu Ikigai
El Ikigai se conforma por la intersección de cuatro dimensiones básicas: tu pasión, tu vocación, tu profesión y tu misión en la vida. Para clarificar cada uno de estos aspectos clave, nos será de utilidad llevar a cabo las siguientes estrategias:
  • Deja de actuar en piloto automático: pregúntate a diario si lo que haces te proporciona felicidad.
  • No te compares con nadie, no aspires a tener lo mismo que los demás. Tú eres tu propia referencia.
  • Todos tenemos talento, todos tenemos algún tipo de capacidad excepcional que nos diferencia de los      demás y que debemos aprovechar, hacer nuestra y disfrutarla.
  • El Ikigai no es solo un propósito vital o una aspiración, es una forma de vida que debe verse,      percibirse y sentirse en el aquí y ahora.
  • Es una dimensión que nos da energía cada mañana y que se traduce en una serie de actividades que hacemos a diario y en las que ansiamos seguir invirtiendo tiempo para mejorar.
  • En ocasiones, vivir de acuerdo a nuestro ikigai significa también dejar a un lado gran parte de lo que nos rodea. Debemos tener claro, por tanto, que algo que va a exigir de nosotros es valentía. Ikigai es lo contrario de pasividad o conformismo. Lo exige todo de ti y te hace sentirte vivo, libre y lleno de energía, sin importar tu edad o tu estado físico porque por encima de todo, es un estado mental…

Esta herramienta colabora en la búsqueda de conocernos y a lo largo de nuestro viaje cotidiano, aparece ese despertar de una forma tan intensa y rotunda que ya no hay vuelta atrás. Será el momento en que no habrá más opción que seguirlo, que hacerlo nuestro.

Con cariño.
Pao.

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