La templanza.
La templanza es una virtud humana, para mí, fundamental. Nos permite mantenernos calmados y centrados en días de tormenta. Es poner los pensamientos, emociones y conductas a nuestro favor en cualquier circunstancia y contexto.
Hay virtudes y fortalezas humanas que todos tenemos que trabajar y desarrollar. La templanza, entendida como la capacidad de autorregulación de uno mismo ante los devenires de la vida, es un punto cardinal del bienestar. Es esa brújula interna que nos guía para hallar la calma en mitad de la tormenta, ese enclave que permite gestionarnos.
En tiempos de cambios, incertidumbres y presiones constantes, es bueno tener un amarre interior. Mantenernos templados va más allá de ser moderados o de contener determinadas reacciones. Es, por encima de todo, una perspectiva, un enfoque de bienestar tan interesante como válido.
La templanza como “orientación hacia el bien”
La función de la templanza es equiparada con los verbos «moderar», «mantener», «asegurar». Señalan claramente que la templanza es una virtud orientada al bien, que busca mantener nuestro equilibrio, bienestar y moderar nuestro ser, con el fin de generarnos aquello que nos haga bien.
La templanza como “orden” y armonía interior
Nos referimos a la templanza como la virtud de la disciplina personal. Ella mira el orden en nuestro interior. Es una virtud en la que cuenta, ante todo, nuestra disposición interna. La templanza tiene como objeto el bien dentro de nosotros mismos, busca el orden en el interior de nuestro yo.
El “equilibrio en el uso de los bienes creados”
La templanza es dominio sobre la voluntad, los instintos y los deseos: equilibrio y armonía en nuestro interior. Mediante ella nos beneficiamos en transitar desde un lugar sano aquello que nos suceda.
Para terminar, la templanza es una gran compañera, es la mejor aliada de la inteligencia emocional ya que nos otorga serenidad, perspectiva y calma, mesura para decidir mejor, claridad para atisbar mejor las cosas, luz para guiarse sin prisas y autogestión para habitar impulsos, emociones y frustraciones.
Con cariño.
Pao.
Pao.



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